Las graves consecuencias que producen en la salud humana tanto la propia carencia de alimentos como su falta de calidad nutricional o la presencia de residuos tóxicos, sumado a la necesidad de proteger la salud del planeta, nos sitúa ante el reto acelerar la transición hacia sistemas alimentarios de base agroecológica, diversificados, resilientes y justos. En este marco, es apremiante dar acceso a toda la población a alimentación de calidad, en particular a los colectivos más vulnerables.
El enfoque de este reto global comienza por centrar la atención en un grupo poblacional concreto para poder profundizar en las causas e interrelaciones de su situación, y entender sus estrategias en relación con la alimentación para plantear soluciones más eficaces, eficientes y justas a sus necesidades. Por ello, comenzamos por poner el foco en las mujeres: por su rol en el entorno familiar y, sobre todo, por su poder de acción.
La diversidad de ámbitos relacionados con la alimentación evidencia la necesidad de movilizar a actores que habitualmente no trabajan juntos para desarrollar nuevas respuestas. De allí que la exploración de soluciones innovadoras y escalables a este reto se ha llevado a cabo en el marco del social lab La Mesa.
Como parte del trabajo de inteligencia colectiva propuesto por La Mesa, los participantes identificaron y priorizaron una serie de ámbitos de acción con el potencial de transformar la situación de las mujeres en relación con el acceso a una alimentación sostenible; a saber: comunidad y autogestión; empoderamiento, cambio cultural y educación; información y narrativas; cambios en políticas públicas.